Por Macarena Maffei
Transitar por Buenos
Aires no es tarea fácil y mucho menos para los discapacitados.
Entrar en la escuela, conseguir trabajo, acceder a la Justicia,
cruzar la calle, subir a un colectivo, ir a comer a un restaurante,
parecen ser actividades cotidianas pero la realidad es que, quienes
sufren algún tipo de discapacidad, se ven afectados y
discriminados.
Un ejemplo claro es el de
la Comuna 13, en donde el año pasado se anuló una rampa en un lugar
clave como la esquina de Cabildo y Congreso con el objetivo de
cambiar de lugar el cruce peatonal y, hasta el día de hoy, no se
realizó una nueva rampa ni se señalizó la senda para no videntes.
Luis Giuliani, director
de Mundo Discapacitado cuenta que hicieron el reclamo ante el Jefe de
Gobierno, Mauricio Macri, pero no obtuvieron respuestas. También
hicieron la denuncia ante la fiscalía del CGP 13, pero desecharon su
queja argumentando que no era cierto. La respuesta que recibieron por
parte del fiscal fue que debían cruzar tres calles en lugar de una.
Las
marchas llegaron pero los medios de comunicación ni aparecieron.
Inclusive optaron por no cortar la calle para no molestar y
congestionar el tránsito. Giuliani fundó hace quince años Mundo
Discapacitado y Movimiento Argentino de y para Personas Con
discapacidad (MAD), que se actualmente se está inscribiendo.
“Estoy
cansado
de que las grandes ONGs no hagan más que recaudar en nuestro nombre
y, en general, ni siquiera poseen personas con discapacidad que las
representen”, dice indignado. Desde los 20 años sufre una
discapacidad motriz que lo obliga a alternar entre una silla de
ruedas y un bastón. Solo pide que los políticos cumplan con las
leyes y agrega: “Se abusan de nosotros porque
no tenemos plata para acceder a la justicia y, lamentablemente, en
este país quienes tienen dinero son escuchados”.
Según
los datos de las Naciones Unidas, se estima que cerca del 10 por
ciento de la población en el mundo entero tiene algún tipo de
discapacidad, esto es unos 650 millones de personas, de las cuales
470 millones están en edad de trabajar. La Argentina, según la
Encuesta Nacional de Personas con Discapacidad (ENDI), organizada y
llevada a cabo por el INDEC, proporcionó que el 7, 1 por ciento de
la población presenta una o más discapacidades, que uno de cada
cinco hogares se ve afectado por esta problemática y que casi el 50
por ciento de la población con discapacidad se encuentra en edad
laboral, siendo el 44 jefe/a de hogar.
"Las mayores dificultades de los discapacitados son la falta de accesibilidad y obstáculos que imponen el entorno físico y comunicacional, la audiencia de transporte accesible, la discriminación y la exclusión en escuelas, universidades y el desempleo", dijo la Licencia de Psicología Cecilia García Rizzo, Coordinadora General de la Fundación Rumbos.
La
accesibilidad es condición para hacer, formarse, interrelacionarse,
cultivarse y poder constituirse en sujeto activo y participativo. Es
por ello que la Fundación Rumbos la concibe como un derecho básico,
una llave que abre puertas. Que un lugar cuente con accesibilidad,
inhibe el ejercicio de otros derechos propios del habitar físico y
social, tales como el derecho al estudio, al trabajo, a la
recreación, maternidad, paternidad y el ejercicio ciudadano.
Después
de años de discriminación y de una cultura que los señala como
diferentes y excluidos sociales, las personas con alguna discapacidad
suelen expresarse con mucha humildad y casi pidiendo perdón porque
les hacen falta cosas diferentes, especiales. Necesitan una ciudad
sin barreras, algo bastante difícil de conseguir ya que exige un
cambio cultural y una
inversión fuerte por parte del Estado. ¿Se podrá finalmente
revertir esta problemática?