Aquí está ese cúmulo de sensaciones contenidas que nacen en silencio desde el vientre y suben hasta concentrarse en el pecho, mezcla espesa de angustia, impotencia y ansiedad. Poco a poco las imágenes se convierten en sonidos, acumulando fuerza, acopiando decibeles para al fin romper con tus cuerdas vocales y exteriorizarse en un caudal vóraz, un alarido que escupe todas tus verdades en la cara de quienes no quieren oírlo. No lo escondas, ni lo intentes, porque será en vano. ¿Pensás quedarte quieto? Si es así, tus quejas carecen de sentido. Sin acción no hay respuestas, las cosas no pasan por sí solas. Hacete cargo. Derrumbá las barreras de la indiferencia de aquellos que no son capaces de hacerle frente a tus verdades. ¡Gritalo!, no te quedes callado.

lunes, 10 de septiembre de 2012

LA PELOTA NO SE MANCHA


La llegada de las barras bravas en la década de los 90 marcó un punto de inflexión en el fútbol argentino. Ya no es novedad escuchar en la radio o ver en televisión las batallas campales entre facciones de la propia hinchada o la lluvia de tiroteos con otras agrupaciones de hinchas. El fútbol en la Argentina ha dejado de ser un espectáculo de entretenimiento y se ha convertido en un negocio manejado por las barras bravas con complicidad de dirigentes.

A pocas cuadras del estadio de Vélez, el hincha de San Lorenzo, Ramón Aramayo, murió de un paro cardíaco producto de la fuerte golpiza que le dieron los policías antes de empezar el partido entre Vélez y San Lorenzo y no recibió  la atención médica inmediata. Uno se pregunta, ¿La Policía de qué se encarga? ¿De proteger a los espectadores o de maltratarlos hasta provocarles la muerte? Sin duda alguna, a Julio Humberto Grondona, presidente reelecto de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), parece no importarle las muertes en este deporte que suman 155 muertes desde que asumió por primera vez la presidencia de dicha entidad en 1979.

            En junio pasado de 2011, el descenso de River Plate no dejó víctimas luego de los incidentes pero si varios destrozos millonarios a concesionarias y otros negocios. Aunque aquel 26 de junio no era un clima festivo, un minoritario grupo de hinchas riverplatenses se manifestaron violentamente contra los negocios aledaños al estadio y viviendas.

 

            Desde el 2008, luego del asesinato de Emmanuel Álvarez, los partidos entre Vélez y San Lorenzo se han convertido en el karma de la policía. Cada vez que estos dos equipos se enfrentan comenzó a implementarse operativos policiales superiores al resto de los partidos.

El presidente de Lanús, Nicolás Russo, comentó que el fútbol es un gran negocio pero el tema de la agresión está institucionalizado en el país. “En este deporte repercute muchísimo más la violencia. Durante la semana se generan hechos de crueldad en otros deportes y no sale en ningún lado. Es decir que cuando pasa en el fútbol tiene una repercusión mayor”, agregó. Las agresiones verbales y físicas se desarrollan semanalmente en cada partido, pero en pocas ocasiones estos hechos continúan afuera de la cancha. Russo afirmó que en el partido de Banfield – Estudiantes de La Plata no pasó absolutamente nada en el estadio. “El hincha que murió fue una hora después de que terminó el partido”, relató.

En una entrevista que le hizo Mauro Viale, el ex presidente de Vélez, Raúl Gámez, criticó duramente a Julio Grondona por el fallecimiento de Emanuel Álvarez en 2008. Tanto políticos y dirigentes de clubes sostienen que la solución para erradicar la violencia en este magnífico deporte sería aumentar el derecho de admisión, que impide el ingreso de la barra brava a los estadios.

Russo afirmó que la AFA tomó todos los recaudos para terminar con la violencia en las canchas. “La decisión política sería meterlos presos y que no vuelvan a ingresar a las canchas. Habría que profundizar más la aplicación del derecho de admisión en las canchas y evitar que por un grupo de violentos se tengan que clausurar canchas o suspender partidos”, sostuvo.

A lo largo del siglo XX y parte del actual ya murieron más de 250 personas. Aquel 23 de junio de 1968 murieron 71 personas aplastadas y asfixiadas. Esperemos que este el fútbol deje de teñirse de sangre para que este deporte vuelva a convertirse en un espectáculo familiar y no en un problema social.
Por Ariel Goldfarb

No hay comentarios:

Publicar un comentario